viernes, 3 de julio de 2015
Todo lo puedo en Cristo uno de los textos mas conocidos, y mas citados.
“Yo sé que me irá bien en el examen, porque todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
“Estoy decidida a bajar de peso, porque todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
“Me declaro sano, porque todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
Creo que todo creyente que lleve cierto tiempo en el evangelio estará de acuerdo conmigo
en que Filipenses 4: 13, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, es uno de los textos
más conocidos, más amados y más citados de toda la Biblia. De lo que no estoy seguro es si
la mayoría de los creyentes estarán de acuerdo conmigo cuando afirmo que también Filipenses
4:13 es uno de los textos bíblicos más abusado y mal interpretado. He escuchado a muchos
cristianos decir que pueden afrontar exitosamente cualquier desafío de la vida porque todo
lo pueden en Cristo que los fortalece; y piensan así porque ven este texto como un instrumento
de triunfo, motivación y fe ante cualquier circunstancia de la vida, llevándolos a creerse súper
héroes de la fe.
Ante esta realidad nos preguntamos ¿realmente quiere decir Filipenses 4:13 que los creyentes
todo lo podemos, no importando la situación, porque Cristo nos fortalece? Antes de proseguir,
debo aclarar que la dificultad en el manejo de este texto no está en que Cristo nos fortalece.
Desde el Antiguo Testamento vemos la disposición de Dios de ayudar a su pueblo:
“El da fuerzas al fatigado, y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor”, Isaías 40: 29
“No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré,
ciertamente te ayudaré”, Isaías 41:10
En el Nuevo Testamento vemos:
“…que os conceda, conforme a las riquezas de su gloria, ser fortalecidos con poder por su
Espíritu en el hombre interior”, Efesios 3:16
“…fortalecidos con todo poder según la potencia de su gloria, para obtener toda perseverancia
y paciencia, con gozo”, Colosenses 1:11
El problema en la interpretación que popularmente se le da al texto no es que afirmemos que
el Señor nos fortalece: eso es evidente y obvio por lo que nos dice su palabra, y también en
las distintas experiencias particulares de los cristianos. El problema está en que le están
dando un significado que el contexto del versículo no resiste.
Cuando vamos a interpretar un texto debemos leerlo en varias versiones de la Biblia y procurar
observar los detalles. Una buena idea es hacer lo que dice Ramesh Richard cuando propone de que
todo texto bíblico consta de “carne”, “huesos” y “corazón”. “Carne” son todas las informaciones
que podemos extraer del texto como autor, destinatarios, datos generales, etc. Los “huesos” (en
el caso de que alguien vaya a enseñar o predicar de ese texto) se refieren a la estructuración
o puntos del texto. Y “corazón” es determinar la idea o verdad central del texto, porque todo
texto tiene la(s) idea(s) central(es) que el autor concibió. Es en este último punto que muchos
creyentes han fallado al momento de aplicar Filipenses 4:13. Han hecho una mala aplicación porque
primero hicieron una mala interpretación.
Entonces, ¿cuál es la interpretación correcta y qué es lo que Pablo quiere decir?
Filipenses 4:13 está dentro de un contexto. ¿Cuál es el contexto? Los versículos anteriores y
posteriores. Entonces, si leemos el contexto nos daremos cuenta que Pablo viene dando exhortaciones
diversas a los hermanos de Filipos, entre ellas:
A permanecer firmes (v.1);
A las hermanas Evodia y Síntique a ser de un mismo sentir, y a Sícigo a ayudar a estas mujeres
que combatieron por el evangelio (2-3);
A también a regocijarse en el Señor, y a ser bondadosos y a orar en vez de afanarse y distraerse
con cosas materiales (4-7);
Además, amonesta a los destinatarios a pensar solamente en lo que es digno de alabanza (8-9).
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