martes, 19 de abril de 2016

ALMA Y ESPIRITU

Alma y espíritu: ¿qué significan realmente estas palabras?

CUANDO oye las palabras alma y espíritu, ¿qué le viene a la mente? Muchas personas creen que estos términos definen algo que los seres humanos llevamos dentro, algo que no muere ni puede verse. Opinan que, cuando fallecemos, esa parte invisible de nosotros se separa del cuerpo y sigue viviendo en algún lugar. Como es una idea muy común, la gente suele sorprenderse al aprender que eso no es lo que la Biblia enseña, ni mucho menos. Entonces, ¿qué son el alma y el espíritu según la Palabra de Dios?

LA PALABRA “ALMA” EN LA BIBLIA

Hablemos primero del alma. Como usted recordará, casi toda la Biblia se escribió originalmente en hebreo y griego. Al referirse al alma, los escritores bíblicos emplearon el término hebreo néfesch y el griego psykjé. En conjunto, los dos  aparecen más de ochocientas veces en las Escrituras, y la Traducción del Nuevo Mundo los traduce siempre por “alma”. ¿Cómo se usan en la Biblia las palabras “alma” y “almas”? Se refieren básicamente a 1) las personas, 2) los animales o 3) la vida que tienen tanto las personas como los animales. Veamos varios pasajes que muestran estos tres sentidos.

Personas. “En los días de Noé, [...] unas pocas personas, es decir, ocho almas, fueron llevadas a salvo a través del agua.” (1 Pedro 3:20.) Aquí está claro que “almas” quiere decir seres humanos: Noé, su esposa, sus tres hijos y sus nueras. Además, en Éxodo 16:16 se dio este mandato a los israelitas: “Recojan [el maná] [...] según el número de almas que tenga cada uno de ustedes en su tienda”. En otras palabras, la cantidad de maná dependería del tamaño de la familia. Las palabras “alma” o “almas” también se refieren a personas en pasajes tales como Génesis 46:18, Josué 11:11, Hechos 27:37 y Romanos 13:1.

Animales. En el relato bíblico de la creación leemos: “Dios pasó a decir: ‘Enjambren las aguas un enjambre de almas vivientes, y vuelen criaturas voladoras por encima de la tierra sobre la faz de la expansión de los cielos’. Y Dios pasó a decir: ‘Produzca la tierra almas vivientes según sus géneros, animal doméstico y animal moviente y bestia salvaje de la tierra según su género’. Y llegó a ser así” (Génesis 1:20, 24). A los peces, animales domésticos y animales salvajes se los llama en este pasaje con la misma palabra: “almas”. A las aves y otros animales también se les aplica este término en Génesis 9:10, Levítico 11:46 y Números 31:28